EL CAMPO Y LA MONTAÑA

Queridos enemigos:
Si de verdad queréis joder un fin de semana a Harta, invitadla a pasarlo en los campos, o en las montañas. Empezamos jodiendo desde por la mañana temprano, porque como tol mundo sabe, en el campo se cierra pronto y hay que madrugar un sábado, porque lo dice la Ley Forestal. Coloquemos a Harta en una explanada de hierbajos, donde empiezo a hiperventilar con una ansiedad del carajo por sentir que me encuentro en medio de la nada, y que en cualquier recoveco aparecerá Jason el de Viernes 13. Hagamos pasar a Harta un frío de mearte, que se coma de pie un bocata blandurrio y que tenga que cagar sobre la nieve, con el riesgo de que la vea el culo un padre de familia que pasaba por allí.
Cómo es posible que haya que andar cinco horas para ver un lago! Al fin y al cabo es un montón de agua, corazones. Y un paisaje idílico es mucho verde tó junto, enteraos.
La siguiente parada del día es una bronca con mi mujer por lo torpe que soy saltando entre los piedros, pero es que yo razonablemente tengo miedor de acabar como el de "Sa matao paco", asín exactamente:

Resumiendo, la próxima vez que se os ocurra perderse por esos lares, aviso que me quedo en el hotel rural con mi huevo del amol y una buena botella de vino. O zampando una calçotada en la tasca del pueblo cercano, sentada y con calefación. Porque ir a sufrir es de sadomasos, so listos.